Dos metros bajó Casa de Piedra

30 Diciembre 2012

SE ACENTUA LA CRISIS HIDRICA DEL RIO COLORADO

DAVID ROLDAN

«La Nueva Provincia»

El dato surge de la comparación de niveles entre diciembre del año pasado y este mes. Estimativamente, estaría ingresando menos caudal al dique del que egresa, cuando el deshielo se encuentra en su punto máximo. Al fin de la temporada, el descenso del lago podría superar los tres metros.

En el último año el nivel del lago Casa de Piedra perdió nada menos que dos metros de altura.

Vista Obra de Toma Embalse Casa de Piedra.  Foto Gentileza Gerencia Técnica Casa de Piedra.

Vista Obra de Toma Embalse Casa de Piedra.
Foto Gentileza Gerencia Técnica Casa de Piedra.

Esto no hace más que demostrar la crisis hídrica que se abate desde unos años a esta parte en la cuenca del río Colorado y que no tiene antecedentes, al menos desde que comenzó el llenado de esa presa.

Observando los datos que ofrece el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado se advierte que el miércoles último el lago tenía una cota de 273,71 metros, en tanto que a igual fecha de 2011 estaba en 275,70 metros.

La caída más pronunciada se evidencia desde 2008.

El 26 de diciembre de ese año la cota era de 281,14 metros. En 2009, estaba en 280,71, para descender a 278,85 en 2010; llegar a 275,70 en 2011 y los ya comentados 273,71, el miércoles pasado.

Esto demuestra que en cinco años, el nivel del lago tuvo una pérdida de nada menos que 7 metros con 43 centímetros, con una bajante bien pronunciada, de casi tres metros, entre 2009 y 2010.

De todas formas, si se compara con la altura de 2006, la bajante se acerca a los 9 metros.

Esta situación es producto de seis años muy magros en materia de nevadas en las nacientes del Colorado, de los cuales los últimos tres, incluido el actual, pueden considerarse extra secos, porque los volúmenes están por debajo de la media anual del río.

Observando los datos que suministra el Coirco, puede advertirse que en estos momentos se están erogando desde Casa de Piedra 116 metros cúbicos por segundo.

El volumen que pasa por Buta Ranquil, donde existe una de las estaciones de aforo, asciende a 140 metros cúbicos por segundo de promedio.

Lo cierto es que entre ese punto y el propio lago, existen algunas zonas en producción más lo que se pierde en el trayecto, lo que haría que, hoy por hoy, esté ingresando al dique un caudal menor del que se evacúa.

Debe sumarse, a este efecto negativo, la gran evaporación que se produce en el espejo de agua, particularmente por las altas temperaturas propias de la época y el viento, que suele ser casi permanente e intenso, y que quitaría un 10 por ciento de lo que allí se acumula.

Vista bajante Lago Presa Casa de Piedra (imagen tomada desde margen izquierda hacia margen derecha)   Foto Gentileza Gerencia Técnica Casa de Piedra.

Vista bajante Lago Presa Casa de Piedra (imagen tomada desde margen izquierda hacia margen derecha)
Foto Gentileza Gerencia Técnica Casa de Piedra.

Las estadísticas indican que al 1 de diciembre el nivel era de 274,03 metros, contra 273,71 del miércoles pasado.

La baja promedio puede estimarse en un centímetro por día, con pequeñas subidas, producto de alguna precipitación en la cuenca.

Desde Coirco se admitió que el 15 de diciembre se debió haber llegado al máximo caudal a erogar, de 120 metros cúbicos, aunque se mantuvo en 116, porque las precipitaciones que ocasionalmente se dieron en el valle bonaerense, principal zona de riego, requirieron de una derivación menor.

El panorama ha creado una gran preocupación en todos los ámbitos vinculados con esta cuenca, en especial en las zonas productivas.

En el área administrada por Corfo, en función de esta situación, se determinó que por tercer año consecutivo se produzcan restricciones en la entrega de agua a los regantes.

Este panorama coincide con una disminución en la intención de siembra para el proceso que se inició en agosto pasado.

Hace poco, el ingeniero Marcos Aragón, gerente técnico de Corfo Río Colorado, dijo a «La Nueva Provincia» que la concesión de agua era similar a la del año anterior, aunque reconoció que estaban más complicados si se tenían en cuenta los volúmenes disponibles en el dique.

Puntualizó Aragón que la cebolla, principal producto de la zona, tendría un área cubierta diez por ciento menor, con relación al año pasado, bajándose de 14.143 hectáreas a unas 13.000 en esta ocasión.

Lo acordado entre el organismo y los regantes era un 15 por ciento menos de dotación de agua en primavera; una quita del 10 por ciento en diciembre y enero y un 30 por ciento entre febrero, marzo y abril, mes al cabo del cual se repetirá el corte de agua, tal cual sucedió el año pasado.

Esto, en definitiva, redondea un achique del 20 por ciento en la derivación a los canales desde el río.

 

Las primeras estimaciones hablan de un probable deshielo de alrededor de 2.800 hectómetros cúbicos para este período, contra una media que oscila en los 4.620 hectómetros cúbicos.

En el ámbito del Coirco y en acuerdo con las distintas zonas en producción aguas abajo, se toman decisiones ajustadas día a día, con la intención de perder el menor volumen de agua posible.

El año pasado, al 30 de abril, el lago había bajado a una costa de 273,39 que no se daba desde la época en que se realizó el llenado de la presa, dejándose erogar unos 20 metros cúbicos como caudal ecológico para mantener bien el cauce.

Gracias a esta medida, hasta mediados de julio, cuando se abrieron un poco más las compuertas, se recuperó casi 1 metro y medio el nivel.

Todo hace suponer que, de persistir el magro ingreso de caudales producto de los deshielos, la cota del dique puede terminar con 3 metros menos que lo que se dio el año pasado.

Nada impide pensar que la baja, inclusive, puede ser mayor.

EN DOS TRAZOS por DAVID ROLDAN droldan@lanueva.com

Apremiante

Lo datos que, día tras día, aporta el Coirco no hacen más que ratificar, por desgracia, que el resultado del deshielo en la cuenca del río Colorado no está lejos de lo que anticiparon los pronósticos elaborados.

Este año, como los cinco años anteriores, terminará siendo muy magro, acentuando una crisis con pocos antecedentes.

Y condicionará, una vez más, lo que se pueda hacer aguas abajo de la presa.

La pregunta del millón es qué puede pasar en la próxima temporada sin que nadie pueda anticipar algún tipo de respuesta.

Todo dependerá de lo que determine la Naturaleza que, hoy como ayer, nos sigue condicionando, por más tecnología que se disponga.

Lo que sí pueden hacer los humanos es tomar precauciones frente a lo que pueda pasar y en esto resulta vital reconocer que es imprescindible cuidar el agua al máximo e ir pensando en reconvertir los sistemas de riego, evitando todo tipo de derroches.

¿Qué hubiera ocurrido este año sin Casa de Piedra?

Se hubiera vivido un drama, porque no habría existido ninguna posibilidad de manejar los caudales y hacer reservas.

Pero, afortunadamente, Casa de Piedra está.

Como también está presente una seria crisis hídrica.

Hay que tomar conciencia de algo fundamental: hoy el panorama es apremiante.

Ojalá, pronto se revierta.

 

Fuente La Nueva Provincia

 

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30 Diciembre 2012
CP 2012_67