La crisis hidrica del Río Colorado

28 Abril 2013

Ayer fue un río; hoy, casi un arroyo

DAVID ROLDAN

«La Nueva Provincia»

  •  La sucesión de períodos muy magros en materia de precipitación nívea han llevado a este curso de agua a una de sus peores coyunturas.
  •  Las compuertas de Casa de Piedra se cerraron al mínimo, permitiendo sólo el escurrimiento de agua para consumo humano.

De Juan Perl, Gerente Técnico de COIRCO

» La idea pasa por tratar de recuperar alrededor de 1,25 metros en el nivel del lago Casa de Piedra «

El río Colorado comenzará a ofrecer, en los próximos días, una imagen que no tiene antecedentes en las últimas décadas.

Es que, producto de la crisis hídrica que padece desde nada menos que hace seis años, las compuertas del dique Casa de Piedra sólo permitirán el paso de un caudal mínimo, inclusive menor al del año pasado para esta época, en busca de una recuperación hasta que lleguen los próximos deshielos primaverales.

Los 15 metros cúbicos que circularán hasta la desembocadura, en el océano Atlántico, servirán, en particular, para la provisión de agua potable a varias localidades ribereñas y, a la vez, mantener el cauce en condiciones que permitan, a futuro, admitir mayores volúmenes.

Un año atrás, se dejaron pasar 20 metros cúbicos por segundo.

El lunes se disminuyó la erogación de 50 a 40 metros cúbicos por segundo; el martes, de 40 a 30; el miércoles se bajó a 20 y el jueves último a los 15 metros cúbicos por segundo apuntados.

«La idea pasa por tratar de recuperar alrededor de 1,25 metros en el nivel del lago Casa de Piedra», admitió el ingeniero Juan Perl, gerente técnico del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco).

El año pasado, la limitación permitió que la altura se recuperara 1,25 metros.

En los últimos días, por la estación de aforos de Buta Ranquil pasaban 39 metros cúbicos, pero llegaban al dique apenas 25, prácticamente la mitad de lo que se evacuaba.

Esta circunstancia, al cabo de muchos días, hizo que el dique baje hasta registros que sólo tenían antecedentes cuando comenzó el llenado de la presa, en la década del 90.

«Sólo así podremos llegar un poco mejor de lo que estamos a la reapertura de las compuertas, que se dará el 1 de agosto», comentó Perl.

Con el último, se contabilizaron seis ciclos secos, aunque los últimos tres fueron extrasecos, lo que acentuó la crisis.Noticias COIRCO - 2013 - 040 - foto 1

En el período 2007/2008 las precipitaciones de nieve permitieron un aporte de 3.702 hectómetros cúbicos; en 2008/09, 4.490; en 2009/2010, 4.544; en 2010/11, 2.664; en 2011/12, 2.918 y en el último, 2.540 hectómetros cúbicos, el menor deshielo en, al menos, diez años.

Todos estos valores estuvieron por debajo de la media establecida luego de 73 años de registros, que es de 4.667 hectómetros cúbicos.

Esta circunstancia llevará, al cabo del último ciclo, que el nivel del dique pierda alrededor de 10 metros de altura, desde 2007/08.

Es más, sólo si se comparan los últimos datos con los de comienzo de agosto, cuando se reabrieron las compuertas, se habrán perdido 3,50 metros.Noticias COIRCO - 2013 - 040 - foto 2

«Lo importante es que en estos seis años tan críticos, igualmente se pudo garantizar el 100 por ciento de la demanda no sólo para consumo humano, sino para otros usos, como el riego», apuntó el ingeniero Perl.

Los 15 metros cúbicos que ya se erogan desde el dique permitirán responder sin problemas a la demanda para consumo de la población, que, en total, apenas es de 1 metro cúbico.

Como ocurrió un año atrás, también se interrumpirá la generación eléctrica en el embalse, debiéndose comprar energía del sistema interconectado nacional, para permitir abastecer a la villa turística y otros sectores próximos.

La decisión de caer a esa erogación mínima fue tomada al cabo de un encuentro del que participaron todas las partes involucradas con la cuenca.Noticias COIRCO - 2013 - 040 - foto 3

En esa ocasión se estableció que en agosto y septiembre próximos ya habrá una restricción en la entrega del 10 por ciento, consignándose que ese valor se mantendrá o aumentará, en función de lo que establezca el pronóstico definitivo de escurrimientos, a conocerse en los primeros días de octubre.

En la práctica, nadie se anima a predecir qué puede ocurrir en esta temporada invernal.

Con los elementos que existen, nadie se anima a decir si será un año igual al que ocurrió o mejor.

Sí está claro que en la zona de las nacientes de los afluentes del Colorado (Grande y Barrancas) no se observa nada de nieve.

En consecuencia, se estima que las primeras precipitaciones servirán para reponerla y llenar los acuíferos que, hoy por hoy, mantienen los escasos aportes al río.

Hasta ahora no se ha producido nevada alguna. Otros años más ricos, ya para abril esas zonas estaban totalmente tenidas de blanco.

De Marcos Aragón, Gerente Técnico de CORFO

«Tuvimos menos dificultades de las esperadas»

El año productivo en el valle bonaerense del río Colorado fue bueno, pese a que se recibió un volumen de agua acotado, como en el período previo.

Esto lo admitió el ingeniero Marcos Aragón, gerente técnico de Corfo Río Colorado.

A su entender, se dieron tres factores positivos: por un lado se sembró un poco menos de cebolla (10 por ciento), lo que disminuyó la demanda; por otro, las lluvias acompañaron no tanto en volumen, sino en su distribución y, finalmente, hubo un menor manejo del agua disponible.

«Los productores fueron conscientes de la crisis y el recurso hídrico se aprovechó mejor», dijo Aragón.

«Recibimos un 15 por ciento menos de agua de lo normal, pero el ciclo transcurrió tranquilo», acotó.

La restricción en la entrega fue del 15 por ciento en primavera, de un 10 por ciento en verano y del 25 por ciento en este otoño, lo que dio un promedio del 20 por ciento menos.

«En el verano es cuando más tuvimos que aportar, porque la demanda es mayor. La cebolla está terminando su ciclo y ocurre lo propio con el girasol», comentó Aragón.

-¿En qué medida aumentó el índice de salinidad del agua?

–Estimamos que fue del 40 o 50 por ciento más de lo normal, llegando a 1,4 y 1,5 milimohos, aunque no se presentaron problemas para los cultivos, los animales y a nivel humano.

–Ahora bien, ¿qué puede ocurrir si se mantienen esos altos índices?

— Hay que tener mucho cuidado y tomar recaudos, como levar los suelos, sobre todo en primavera, cuando el suelo está desnudo y, si la sal abunda, puede afectar el nacimiento de las cebollas.

–¿Cuándo cierran las compuertas sobre el río?

–El 1 de mayo.

–¿Qué trabajos se hacen desde ese momento en el área de riego?

–Mantenimiento y limpieza de las principales tomas, reparación de obras de arte y reestructuración de la red secundaria. Inclusive, se devuelve la sección a los canales, para que tengan menos filtraciones y sean más eficientes en la conductividad del agua.

–¿Cómo piensan enfrentar el próximo ciclo?

–Ya estamos concientizados de que habrá dificultades. Todo dependerá de la nieve que caiga, pero sabemos que en agosto y septiembre llegará menos agua a Corfo. Todo esto nos obligará a planificar bien la siembra, no dejando de sospechar que podremos tener un recurso hídrico menor.

–¿Influyó en los resultados últimos una menor implantación de cebolla?

–Sin dudas.

–¿Alguna vez vio un panorama tan crítico como este en sus casi tres décadas en Corfo?

-Tuvimos años malos, pero ninguno como esta seguidilla.

–Qué imagen especial tendrá el río, ¿no?

–No tanto para nosotros, que tenemos las tomas aguas arriba y por el cruce con la ruta 3 pasa un volumen reducido. La sorpresa será en otras regiones intermedias de La Pampa y Río Negro.

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Fuente La Nueva Provincia

 

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28 abril 2013
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